Aaron Shaphiro sugiere en el blog de FastCompany que las empresas deberían dejar de hablar de innovación y empezar a hacerlo. Shapiro afirma que las empresas están dedicando un montón de tiempo a hablar de lo importante que es innovar, pero la realidad es que la mayor parte de las compañías no pueden innovar porque a las personas se las paga para mantener el status quo.
Según Shapiro, el éxito se interpreta como hacer lo mismo que se ha hecho siempre pero un poquito mejor, alcanzando unas pocas ventas más o reduciendo uno poco los costes. En la práctica, en muchas organizaciones el cambio está desincentivado mediante circuitos de aprobación imposibles y exigencias de tiempo que no dejan resquicio a pensar.
Shapiro recomienda seguir el ejemplo de empresas como Google, JetBlue, NBCUniversal y NewsCorp. Estas empresas crean unidades separadas (a veces empresas separadas) en las que incuban los avances tecnológicos. Estos equipos de innovación necesitan trabajar con unas reglas diferentes al del resto de la empresa.
Shapiro incluye en su post un buen número de recomendaciones sobre cómo deben funcionar estos equipos. Me quedo con la idea esencial de la tolerancia a los errores. Un equipo de innovación necesita equivocarse como parte esencial de sus procesos de aprendizaje y creación.
La forma de trabajo de los equipos de innovación suele estar fuera de la zona de confort de las organizaciones. Posiblemente ese sea el motivo de que a las empresas les resulte tan complicado pasar de hablar de innovación a hacer innovación.
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