La Declaración Universal de los Derechos Humanos estableció en 1948 la prohibición de la esclavitud. Lejos de desaparecer, la esclavitud está tomando nuevas formas que le permiten, con frecuencia con la connivencia de las autoridades locales, mantener y fomentar prácticas esclavistas.
El informe slavery on high streets publicado en el website antislavery.org muestra la facilidad con la que las prácticas esclavistas se introducen en el proceso de fabricación de productos y marcas que nos totalmente familares.
La esclavitud hoy toma unas formas completamente diferentes a la esclavitud de siglos pasados. Hoy en día la modalidad más frecuente es la servidumbre por deudas (bonded labour). Esta práctica extremadamente extendida en Asia y Latinoamérica consiste en crear una deuda prácticamente imposible de pagar del trabajador hacia su empleador. El trabajador se ve forzado mediante coacciones y amenazas a trabajar de forma prácticamente gratuita para saldar la deuda.
La servidumbre por deudas es utilizada para esclavizar a familias enteras, obligadas a trabajar en condiciones inhumanas para pagar deudas que frecuentemente son de origen ficticio. La servidumbre por deudas actúa también como el origen de la mayor parte del trabajo infantil que se produce en el mundo. A veces los niños son entregados como mano de obra gratuita como pago de deudas. Otras veces es el entorno familiar el que integra al niño en el entorno de trabajo para que contribuya a saldar la deuda familiar. La servidumbre por deudas es, además, el mecanismo habitual de control que utilizan las redes de prostitución y mendicidad.
La segunda modalidad de esclavitud más frecuente hoy en día es la tráta de personas. Consiste en la utilización abusiva de una persona en beneficio propio.
El modus operandi en este tipo de actuaciones es bastante común. Las personas son captadas mediante engaños en los países de origen, habitualmente situados en el África Subsahariana, Latinoamérica, Asia y Europa Oriental. A continuación, las redes de traficantes los introducen de forma ilegal en Norteamérica o Europa Occidental, para allí someterlos a condiciones de esclavitud con prácticas que incluyen la prostitución, el trabajo forzado, la servidumbre por deudas o la donación de órganos.
Se suele diferenciar entre la trata de personas y el tráfico de personas. La trata de personas consiste en trasladar a una persona a otro país para abusar de ella. El tráfico de personas se suele identificar con el traslado ilegal pero voluntario de personas de uno a otro país. En teoría, las víctimas de trata de personas deberían obtener asilo como refugiados en sus países de destino. En la práctica el status de las víctimas de trata de personas se confunde con el status de inmigrante ilegal por lo que las víctimas están expuestas a ser expulsadas y regresar al punto de origen en el que fueron captados por las redes que los esclavizaron.
La tercera forma de esclavitud actual son los trabajos forzados. Las personas son obligadas a realizar trabajos contra su voluntad bajo coacciones y amenazas. Habitualmente esta forma de esclavitud es promovida por los estados, siendo especialmente frecuente en Birmania, Corea del Norte y China.
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